domingo, 14 de diciembre de 2008

jueves, 13 de noviembre de 2008

INT. NOCHE. CASA CON GATOS

El otro día, después de la última entrada (quizás fuera antes), empecé a escribir sobre uno de mis temas favoritos, y me volví loco. Ahora, mi primera intención ha sido continuar ese texto... y se ha vuelto a quedar a medias. Espero que esto no se convierta en un hábito porque, de ser así, vas a ser testigo un día de estos del post más largo de la historia de los blogs...

Cuando profundizas en un tema pero no quieres descentrarte demasiado, como saben muy bien los escritores prolíficos, resulta difícilmente evitable escribir en paralelo. Si acabo de estar dándole vueltas a lo importante que es el punto de vista (¡la actitud!) en nuestras vidas, cargando las tintas en las implicaciones constructivas de esa idea, me apetece hablar del lado oscuro (que, como bien dijera Darth Vader/Constantino Romero, no se debe subestimar). Como no quiero hacerlo en la mencionada intermitencia quilométrica, lo hago ahora:

Las cosas menos importantes del mundo nos pueden, perdón de antemano, joder la vida con ganas. En esa categoría, al menos en mi caso, se encuentra el trabajo, y la gentuza que por desgracia acude a la indeseable cita diaria. Además, se produce la lamentable ilusión de que, al ocupar la desproporcionada porción de tiempo que ocupa, es realmente importante. ¡Error! Es importante tener dónde dormir, qué comer y cómo pagar lo que queremos pagar. Y, aunque te aseguro que cada día me estrujo los sesos para encontrar la salida, por ahora es necesario trabajar en mierdas para conseguirlo. Pero eso no hace importante lo que ocurre en esas doce horas de nuestra vida que vendemos al diablo todos los días...

¿Por qué digo estas cosas? Porque a veces tengo que recordarme que lo importante empieza cuando salgo de esa oficina siniestra, que no debo sacar de ahí ciertas cosas y que, sobre todo, es inadmisible permitir que lo que ocurra en ese mundo tenga nada que ver con mí mundo, con el mundo que me importa...

Sí. Estoy quemado. Y lo que más me molesta es que ese sentimiento no se limita a esas 12 horas malditas, que ya se cobran un precio demasiado alto.

Por eso vuelvo a mi idea de que "lo más importante es la actitud". Cuando estoy lúcido, lo que me temo que últimamente ocurre poco, nada de todo esto afecta a mi felicidad; por desgracia (será que, como dice el Gran Carlos, soy ciclotímico/bipolar), otras veces lo siento como una bola y una cadena de las que arrastraban antaño los presos...

Menos mal que los hombres intermitentes lo somos para mal y para bien...

PD: Los gatos están de acuerdo.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Fade in

Marzo... es lo que tienen las intermitencias. No voy a hacer más comentario al respecto.


Me encanta cómo se está silueteando el presente curso. Espero que, cuando haya un poco más de luz, no me defraude lo que aparezca. Por ahora no me quejo.

¿Que qué he estado haciendo en estos últimos tiempos? Pues seré selectivo, para no aburrirte: este curso me encuentro metido en un fantástico curso de doblaje e interpretación que me está dando muchas más cosas de las que le estoy dando yo a él (ese podría ser, por otra parte, el resumen de toda mi vida); andamos con un nuevo proyecto musical post-Mr.Zinc en el espíritu de los primeros tiempos (versiones y pasárselo bien; y, de nuevo, poder cantar sin más preocupaciones; rocanrol, vamos); viajes, coche nuevo, matrimonio nuevo; estoy descubriendo mi lado metrosexual en un gimnasio al que no voy todo lo que debiera; planeo sacarme el carnet de conducir más pronto que tarde; me he involucrado todo lo posible en el grupo de teatro del Gran Carlos, con una comedia en la que me tocará emular a Cary Grant; y un etcétera tan largo que te lo ahorro...

¿Que cómo ando? Pues en mi salsa, aunque aún enfrentándome a mis bestias negras (madrugar, ser constante, domesticar mis vicios, mantener los pies en la tierra y la cabeza en las nubes, combatir mi patológica timidez, mi inseguridad, mi miedo a todo y, sobre todo, la inercia implacable de la inactividad -¡tan cómoda!). El exceso de actividad es un bálsamo para mí. Si me paro muero, y ya no sé cuántas vidas me quedan, la verdad. Así que no planeo hacerlo en breve, que demasiada energía me quita el día a día como para permitirme dormirme en los laureles respecto a lo verdaderamente importante...

Y con esta reflexión ombliguista, que diría Juan, me quedo hasta la próxima intermitencia.

viernes, 21 de marzo de 2008

Perseguido por ocho notas

Aunque parezca mentira, hay mucha gente que sabe hilar fino. Un buen ejemplo lo tienes en este hilarante vídeo: el cómico Rob Paravonian echando pestes del canon de Pachelbel...



Si tienes curiosidad, el amigo Rob P. tiene también una serie "casera" llamada "Life as a Comic", en la que cuenta cómo es el día a día de un stand-up comedian. No muy distinto al del músico de medios pelos, nada de glamour... Recomiendo especialmente el episodio sobre los "Nooners", y el de los "One Nighters" (dos tipos de actuaciones distintas).

Pero, lo mejor, el monólogo sobre el canon de Pachelbel.

viernes, 7 de marzo de 2008

Un poco de humor, por favor...

Llevo desde que comenzó la campaña queriendo hacer este chiste con el lema del PP, pero por la falta de tiempo se me han adelantado (¡maldito Roberto Amorós!). En fin, aún así no quería dejar de compartirlo antes de la jornada de reflexión, incluso después de saber lo que a pasado hoy (me niego a poner ningún enlace, por el mismo motivo por el que aborrezco que existan en las enciclopedias artículos sobre magnicidas y demás asesinos). No acepto que tengamos que amplificar el alcance de las pistolas, que por desgracia ya llegan demasiado lejos sin ayuda...

(la foto está rapiñada de esta noticia de "El Mundo")

La foto me la he encontrado mientras buscaba tranquilamente el cartel para cambiarle el lema (se lo montan fatal los del PP, porque no lo he hallado ni siquiera en su web).

A todo esto, independientemente de mis querencias, que las tengo, no intentaba criticar a ese partido en concreto. Quería subrayar por encima de todo el poco sentido que hay en el mundo en general y en la política en particular. Supongo que pedirles ironía y sutileza ya sería lo último. Ni siquiera tienen estilo.

Así vamos...

miércoles, 20 de febrero de 2008

Las ventajas de quedarse sin voz


Pues sí. Aunque parezca mentira, todo tiene su contrapartida positiva.

Hoy me he quedado sin voz. Y me han atacado los recuerdos de cuando me operaron de amígdalas, ya mayor, cuando pasaba las horas dibujando comida en el cuaderno que utilizaba para "hablar"... porque sólo podía tomar líquidos.

Ese buen puñado de buena gente que me rodea lo ha aprovechado para meterse conmigo porque no les podía responder. Pero, aparte de eso, de nuevo he sido consciente de lo que me gusta hablar y, lo que es más importante, de lo que pierdes cuando hablas... Resulta que, cuando una voz falta, las conversaciones son inevitablemente distintas. Y, para alguien tan verborreico como yo, ser parte de intercambios en los que apenas puedes participar es una novedad. Apasionante, en serio.

Además, dedicas buena parte de tu tiempo a poner en la balanza las palabras que intentan brotar de tu boca para conseguir alcanzar la relación óptima de contenido/duración. Por otro lado, te desesperas porque tienes que evitar entrar en discusiones en las que las argumentos son demasiado complicados para que te aguante la garganta... y para alguien tan relativista como yo, el 99% entran en esa clase...

En fin! Siento el exceso de este post, pero es que el no poder hablar es lo que tiene...

(pero escuchar, en muchos aspectos, siempre ha sido mejor que hablar)

sábado, 16 de febrero de 2008

Lo que nos quieren decir

Dos intermitencias muy seguidas, porque quería compartir el vídeo que he descubierto gracias a Juan.

"En diciembre de 2007, se preguntó a más de 2.000 musulmanes americanos qué es lo que querían decir al resto del mundo. Esto es lo que dijeron."



"A Land Called Paradise", producido y dirijido por Lena Khan.
MAS Media Foundation.